ofrenda y limosna

Cristo nos ha dado un patrón para financiar la obra de su iglesia. Como todo patrón, se debe poner por obra por cada cristiano como una obligación individual. Cristo no quiere los diezmos de la ley ni una iglesia pidiendo por las calles, ni la venta de mercancías, sino que cada hermano trabaje y ofrende.


a limosna se manda con frecuencia en la Sagrada Escritura: a los judíos se les previno con especialidad que asistiesen a los pobres, a las viudas, a los huérfanos y a los extranjeros. Deut., cap. 10 y. 11: Eclesiástico, cap. 4, v. 1, etc. Las máximas de caridad que continuamente repite Jesucristo en el Evangelio, hicieron aún más conocida y clara la necesidad de este deber